
El poema «Origen de la angustia» recibió Mención Honorífica en el IV Concurso Nacional de Joven Poesía Hugo Fernández Oviol celebrado el pasado 18 de octubre, aniversario del escritor falconiano.
Comparto el siguiente poema firmado por, el también falconiano, Emiro Colina.
Origen de la angustia
Elemento dúctil oculto en la oración «y Dios hizo la luz»
vestigio onomatopéyico
pulso
El hombre sutura cuerpos (metáforas heribles)
copulador pagano
moribundo pez
(artificio)
un tríptico bajo el mar
narra escenas con tenso verbo
oralidad orgánica
sonido
constructo
Los cuerpos se juntan para saciar estómagos
desnudos devienen vértigo en torno a la llama
queman sus manos y espinas dorsales
dejan acordes
movimientos cíclicos
dominios sobre la hierba:
quiebre verdoso (lujuria)
oscura cabeza que despelleja árboles
libra actos sacrílegos porque las raíces reclaman parcelas
adoptan formas iracundas
ese cruce telúrico hizo de los mortales bélicos seres
copulan ebrios
matan invocando espasmos
Tríptico
I
Venus abre las piernas y engulle al tigre solar
(depreda)
lame paredes vaginales
devora óvulos
acto de unión
II
copa sostenida en trance ritual
entes negros ofician la ceremonia
mientras Venus fluctúa en el fondo como espiral de fuego
III
plegarias dividen el firmamento
cortejada por lenguas la deidad aparece
bendice el barro y esperma de los hombres
entrega a las mujeres palabras mortales: carne profanación desarraigo
engendran deseos anfibios
presiden liturgias
bailes andróginos
la noche termina y derrama su sangre
líquido que recorre oquedades
eco animal
corriente espesa
venganza
Emiro Colina (Coro, 1993) Investigador, lector, docente UNES. Microdiagrama: Del órgano-enigma y la célula fundadora de ciudades. Nací con la inquietud del arqueólogo por los vestigios de la civilización. La contemplación del lenguaje y sus tramas, el signo y las memorias articuladoras de espacios significantes, las multitudes, el sexo-género tentacular: resultan para mí un territorio de pasiones, el camino hacia la introspección del hombre como fiscal de su propio mecanismo normativo, destructivo, creador de registros socioculturales, agenciador de experiencias corporales, víctima del impulso, cuadro de epifanías, viajes, desplazamientos, resistencias. En suma, soy un ciudadano atravesado por la incesante búsqueda de lo subterráneo.